Crecí
siendo abusada sexualmente de de forma recurrente; crecí en una
familia donde el abuso sexual era casi que cotidiano.
Han sido muchos
años de dolor, de locura, de no poder entender que era lo que
pasaba, de no entender porque me asustaba tanto compartir con otras
personas. Empecé a tomar alcohol y a drogarme desde muy pequeña, no
aguantaba tanto dolor y tenía que buscar cual era la mejor forma
para no sentir.
Mis maestros solo veían a una niña que no se
relacionaba y que no rendía en sus tareas y no copiaba en sus
cuadernos, por eso fui expulsada del colegio donde estudiaba. Fue muy
difícil crecer y no entender como la persona a la que considerabas
como tu padre te dañaba y luego te decía que no podía decir nada.
Cuando se es muy pequeña, cuando era muy chica, no entendía, como
la mujer que me bañaba me tocaba de una forma inadecuada para luego
decirme que no me podía dejar tocar de nadie. Mi mundo era realmente
caótico. Y así crecí, corrijo, así sobreviví. Intente
recuperarme, intente hacer muchas cosas con mi vida, pero siempre
para volver al mismo circulo, el de la autodestrucción.
Comía
sin parar, llegue a pesar 145 kilos, me dolía físicamente dar cada
paso, aun así, tenía que levantarme a las 3 de la mañana porque
necesitaba comer. En mi trabajo, gano muy poco, así que no se
trataba únicamente de abrir el directorio y buscar un terapeuta,
simplemente no podía pagarlo. En medio de toda esta locura un
sacerdote me dijo que yo era superviviente del abuso sexual. Yo no
sabía lo que significaba, mucho menos que mi abuso, algo que
intente callar con todas mis fuerzas, significaba algo más que
vergüenza. Busque en Internet y encontré (gracias a Dios) la página
de Miguel, recuerdo que de todo lo que leí, fue lo que más
sensación de calma me produjo.
Lo
más extraño, es que no me cobraba nada, y estaba dispuesto a
ofrecer su ayuda. Escribí y casi de inmediato me contesto, me puso
en contacto con otras supervivientes que con la misma rapidez que
Miguel, me contestaron, por primera vez en mi vida, sentí que no
estaba sola, que había otros que habían pasado por el mismo caos
que yo había vivido. Miguel y su equipo de voluntarios se han
ocupado en todo este tiempo de que reciba artículos que me permitan
entender porque reacciono de ciertas formas, de entender que tengo
derechos, que está bien sentir, incluso, sentir rabia.
Gracias al
apoyo que recibo de forma constante, ahora, ya no me siento como
una víctima que no puede hacer nada con mi vida, ahora sé que es
importante dar de lo que se me ha dado tan generosamente y compartir
con otras mujeres supervivientes del abuso que es posible vivir, sin
sentirse tan sola, que no es necesario cargar todo el dolor con el
que hemos vivido hasta ahora. Gracias a la puerta que Miguel abrió,
gracias a que Miguel me ha mostrado su confianza y su respeto, hoy
llevo un año sin consumir drogas ni alcohol, he bajado 30 kilos,
pero sobretodo tengo más fe en mi vida.
El trabajo con Miguel me ha
devuelto la sensación de que pertenezco a una comunidad. Cada vez
que recibo uno de los artículos que Miguel o uno de los de su equipo
me envía, trabajo, para que muchas personas los conozcan, porque
deseo con todo el corazón, que sean conocidos, porque en algún
momento, para alguien pueden ser tan significativos como para mí.
Hoy,
se con toda certeza, que la oportunidad que he tenido al conocer el
trabajo de Miguel, al recibir el apoyo de Miguel, no solo me han
salvado mi vida, me han devuelto un sentido a mi vida y me han
permitido pertenecer de nuevo a la sociedad, y esto no tengo como
pagarlo.
A
Hola soy una persona que ha descubierto que sufrió abuso sexual y que gracias a Denisse los conocí , ella me ha brindado un gran apoyo y es un excelente ser humano.
ResponderEliminargracias por todo, gracias por estar ahí
que Dios los siga iluminando y bendiciendo a todos Ustedes.